11 julio 2006

carta a Rgr




Bien lo dices: los viajes sólo tienen una dirección. Lo importante es con quien quieres compartirlos, quien está a tu lado, quien está en tu corazón (esto me ha quedado un poco cursi, pero así se queda). La dirección es única, pero los caminos infinitos, y a veces se cruzan,se entrecruzan, se separan, se solapan... V. y yo necesitábamos seguir unos caminos un poco separados, no todo se tiene que hacer
juntos. Esto es algo que he aprendido de ella.
Se ha convertido en el metro con el que mido la realidad. No hay espacio para otra persona. Nunca me había pasado. Cuando lo dejé con mnk no tuve dudas, ni remordimientos, ni me lo volví a plantear en ningún momento. Lo mismo en las separaciones anteriores.

Entiendo que la idea de una "reconciliación" levante suspicacias. Es por esto que voy a ir despacio, muy lentamente, voy a intentar dejar que las emociones hagan poso y queden muy claras, no tanto a los demás sino a uno mismo.

Yo tampoco creo en los regresos. No se puede volver. Es algo que he experimentado en mis propias carnes. Yo no quiero volver, yo quiero avanzar. Y si pudiera elegir, quisiera compartir toda mi vida con ella. Ella tiene algo que hace vibrar cuerdas muy concretas dentro de mi, y es un sonido que no puedo dejar de escuchar. En las relaciones personales, sólo puedes hacer feliz a una persona. Eso se puede
elegir. Puedes elegir si tienes ganas de esforzarte en hacer feliz a alguien, buscar puntos de encuentro y de escucha del otro. La complicidad es algo muy complicado a construir. Cuando una planta tiene raíces solidas es buena cosa regarla en su justa medida y cuidarla.

Pero sobre todo, la vida es mucho mas interesante pudiéndosela contar a ella todas las noches.

A ver que pasa. Mejor ser discretos y hablar en voz baja, que las palabras hacen mucho ruido.

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