11 enero 2010

Contextos, metáforas, reputación y tendencias



La brecha entre nativos e inmigrantes digitales, según la clasificación de Marc Prensky, se evidencia también en cómo estos producen y distribuyen contenidos audiovisuales en la red.

Llevo cuatro años analizando los canales de "Youtube" con más suscriptores a nivel internacional, guiado más por una curiosidad personal que por otra cosa, y he llegado a la conclusión de que es un buen ejercicio para reconocer nuevos formatos, temáticas y narrativas complementarias a las tradicionales.

El otro día, en clase, haciendo un repaso de esos canales, J., inmigrante digital nada convencido en convertirse en ciudadano digital, a punto de levantarse de la silla, dijo que, si mirábamos más ejemplos de gente que estaba teniendo éxito con el «cutre» formato talking heads, él se iba. Hay que reconocer que fuera y dentro de internet, guionistas y realizadores saben generar tensión dramática. Es su pan cotidiano y tienen el don del timing.

En "Youtube" hay muchas propuestas creativas pero, a nivel global, los que más triunfan son exactamente esos vídeos generados por los usuarios que, en formato webcam, van contando sus vidas y sus emociones mirando directamente a cámara. Un formato que a J. le altera y a muchos de su generación les parece increíble, por no decir insufrible. Algunos vídeos tienen un desarrollo narrativo bastante simple, otros más sofisticado, pero todos los creadores de esos vídeos son conscientes del contexto en el que se mueven y saben lo importante que es involucrar a la comunidad.

La situación social hoy es muy compleja, y la audiencia necesita nuevos personajes, gente más cercana, con los que identificarse. En "Youtube" muchos desconocidos han sabido interpretar el rol de «héroes y/o villanos» y saben conectar con la audiencia, convirtiéndose en portavoces de ideas y sensibilidades, a veces generalizadas, a veces muy segmentadas. En el formato webcam la narrativa se construye como un stream of consciousness más cercano a la literatura de Proust, Schnitzler o James Joyce que a la narrativa audiovisual moderna y postmoderna. Nuestros héroes no tienen obstáculos contra los que luchar (no hay el clásico desarrollo dramático tradicional). Si hay alguna lucha, ésta es la que tiene el creador (y no el personaje) contra el anonimato, para destacar entre el creciente número de vídeos que, como microbios, «infectan» la red. Lucha que entra en la esfera de la realidad y no de la ficción. Los matices entre realidad y ficción son cada vez más tenues.

J., dentro del grupo, es el realizador más comprometido con el concepto de calidad en términos de imagen. Si estuviéramos hablando de realizar vídeos al modo tradicional, todos estaríamos de acuerdo con él, pero internet es diferente. Es evidente que hay casos como "Fifty People One Question" o, a nivel nacional, "Malviviendo", donde la calidad fotográfica tiene que ver con el éxito conseguido, pero a día de hoy no es el factor determinante. Es más, en términos de viralidad y audiencias, es totalmente secundario. Y ahí están los vídeos más virales del año para demostrarlo.

Los nativos digitales saben, por intuición y experiencia, que lanzar un vídeo al mar de "Youtube" no es suficiente. Es una cuestión de pura álgebra: a día de hoy, cada minuto se suben a "Youtube" dos horas de vídeo. Es decir, que cada año se suben más de tres millones de horas de vídeo y se necesitarían más de 1500 años para ver todo lo subido en un solo año. Y en aumento. Hacer un esfuerzo enorme de producción (fotográfica) antes de subir un vídeo sin poder dedicar el doble de energía a difundirlo es un desgaste inútil, por no decir frustrante.

Los nativos digitales intuyen que hay otro camino: empiezan con una idea, la plantean de forma simple y clara, la suben y envían inmediatamente a los amigos más cercanos. Y si la idea se difunde y prospera en forma de comentarios, entonces han encontrado la dirección a seguir. Todos estamos aprendiendo a crear contenido para esta nueva plataforma que tiene sus peculiaridades, los nativos digitales se lanzan a rodar, aunque sea con una webcam, y entre tanta lucha para la expresión y afirmación de la propia personalidad, hay voces capaces de conseguirlo y de marcar tendencias. Si un equipo de profesionales quisiera crear una serie, hoy tiene la oportunidad de hacer varios tests sobre concepto y núcleo narrativo directamente con el público y a partir de ahí construir la historia.

En el contexto audiovisual actual, los contenidos que tienen posibilidad de funcionar son los que respiran «honestidad», los que crean empatía o los que alimentan el desahogo de la angustia existencial (failblog y todos los vídeos de trompazos): elementos que alimentan las dinámicas virales entre los usuarios.

Personajes como Niga Higa, Fred, o Equal 3, herederos de Lonelygirl15 y Little Loca, a pesar de ser unos perfectos desconocidos, tienen audiencias superiores a los lideres de televisiones generalistas, una increíble capacidad para hablar de lo cotidiano, saber retratarlo e integrar a la comunidad a la que se dirigen, devolviéndoles parte de su éxito. El consumo de sus vídeos está relacionado con la sensación de realidad y honestidad de sus intenciones, aún cuando después de una simple investigación se revela que algunos de ellos son actores profesionales. Y ahí está el punto de encuentro entre nativos e inmigrantes digitales. Si LonelyGirl15, Little Loca, Fred y varios más son actores profesionales, hay esperanza para que rápidamente, una vez desquitados los prejuicios, los inmigrantes digitales empiecen a producir para la red con el mismo éxito.

En el fondo las emociones que se cuentan son siempre las mismas, pero aturdidos por el faro de la novedad tecnológica, parecemos olvidarlo. El día que la sensibilidad «colectiva», que los nativos digitales saben interpretar en la red, se asocie a la profundidad estética de los que ya son mayorcitos, encontraremos obras de arte que represente a internet.

NOTA: ESTE POST HA SIDO ESCRITO PARA EMBED.AT el 5 de enero 2010

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